domingo, 1 de abril de 2007

Joe Contra el Volcán (Joe Versus the Volcano)

Warner Brothers, 1990. De John Patrick Shanley.


Meg Ryan, Tom Hanks, Lloyd Bridges.

En un reportaje de estos que Telemadrid hace antes de las películas el Domingo por la noche, repasaban la filmografía de Meg Ryan y Tom Hanks, supongo que porque iban a poner alguna película en que trabajaban los dos. Lo mejor del reportaje (salvo los planos de Meg Ryan: Meg Ryan vista de frente; Meg Ryan vista de espaldas; la nuca de Meg Ryan; una mano de Meg Ryan; el flequillo de Meg Ryan, Meg Ryan con el pelo recogido...) fue lo que decían al pasar algunas tomas de Joe Contra el volcán: "...y algunas estupendas que, inexplicablemente, no triunfaron".

Pues dieron en el clavo. Joe Contra el Volcán pasó sin pena ni gloria; pero dieron aún más en el clavo al no comprender cómo fue así y al considerar que es estupenda.

Para empezar, Joe Contra el Volcán tiene algunos detalles "prescindibles" que el director no se quiso ahorrar, y que demuestran que no es un panoli: la estética inicial, sobre todo en los títulos de crédito es un homenaje a "Metrópolis" que queda ahí reflejado aunque la mayor parte de la gente (porque no estamos lo bastante puestos en cine) no lo aprecia, porque no lo aprecia.
















Sin embargo, a mi me pareció estupenda porque es un cuento. Es una de esas películas como Local Hero (Un Tipo Genial, Bill Forsyth 1983), The Princess Bride (La Princesa Prometida, Rob Reiner, 1987), Secondhand Lions (El Secreto de los McCaan, Tim McCanlies, 2003) o Signs (Señales, Michael N. Syamalan, 2002) que hay que ver con apertura de miras. El que fue a ver Señales esperando encontrar La Guerra de los Mundos y no tuvo vista para entender lo que se encontró, salió decepcionado. Aquí pasa igual.

Joe Banks (Tom Hanks) es un bombero retirado después sufrir un trauma por la tensión de su trabajo, que se mal gana la vida en una espantosa empresa. Su jefe es horrible; sus compañeros son horribles (menos Meg Ryan: intentan caracterizarla de horrible, pero está maravillosa); lo que la fábrica produce es horrible. Su mesa de trabajo no tiene un fotón de luz natural. Todo es opresivo. Y miles de personas cada mañana llegan en procesión a trabajar a ese horror.
De resultas de su trauma, Joe se ha vuelto un hipocondríaco absoluto. Y por fin, encuentra lo que estaba deseando. Le diagnostican una nube cerebral, que no le va a dar más que unos meses de vida. Eso si: se apagará sin una sola molestia. Y aquí empieza la película. Joe deja de sentir sus infinitas molestias y vuelve a ser un hombre: Tanto es así que pone en su sitio a su jefe, deja su trabajo, invita a cenar a su maravillosa compañera DeDe (Meg Ryan) y hasta la lleva a su casa...claro que para ella resulta ser demasiado una nube cerebral y le deja en la estacada.

Pero no todo está acabado. Samuel Harvey Graynamore (Lloyd Bridges), un millonario demencial y excesivo, le ofrece una fortuna a cambio de saltar al volcán de una isla de su propiedad para tranquilizar a los indígenas que le consiguen un metal superconductor único en el mundo mientras hacen fiestas sin fin y beben gaseosa. ¿Qué puede perder? Nada. Así que comienza un ritmo de gasto propio de un jeque para llenar una vida vacía, siquiera en los últimos meses. Desde juegos de golf absolutamente inútiles hasta los mejores baúles que se han hecho jamás, no hay capricho que no se conceda para convertirse en el hombre que quiere ser.



Sus baúles y tres personajes le acompañan en su viaje: un chófer fiel (Ossie Davies), Angélica Graynamore (Meg Ryan) una neurótica tan sola como él y Patricia Graynamore (Meg Ryan) una rica heredera caprichosa y enérgica que le llevará en su barco hasta la isla de Waponi Woo.
El viaje interior de Joe es mucho más largo que el viaje en el Teweetle Dee, y da pie a muchas reflexiones sobre el amor, el valor, el conocimiento de uno mismo y hasta la vida de la gente normal en nuestra época. Hay una conclusión estupenda a mitad de película: incluso habiendo tenido muy mala suerte, Joe Banks, que no se rinde, está agradecido por vivir.


Joe no busca una eutanasia. No quiere suicidarse. De hecho, está encantado con su vida. Dentro de un argumento de cuento, este héroe atípico pretende entregar su vida por respeto a la palabra dada. Es una historia fenomenal con buenos, malos, heroína, amigos, valor, cobardía, tormentas en el océano, vida, muerte, gaseosa y un final, como no podía ser menos, de cuento. Hay que verla.












8 comentarios:

remington steel dijo...

¿Cómo se ponen fotos en la galería de inmortales?

Oscar dijo...

No, si me obligarás a verla. De verdad, no se ni cómo te hablo....

Carmen dijo...

Vaya veo que el finde os ha activado. Iba a preguntar quien es michael o'leary pero a la vista del articulo la incognita queda despejada, ningun otro podria despues de 20 anhos no haber superado su amor adolescente por Joe contra el volcan. Lo cierto Oscar es que yo no la recomiendo. Tiene un par de buenas escenas pero como mucho no pasa de ser una pelicula "simpatica" Quien decide quienes son los inmortales a colgar??? Hay votacion o cada uno pone a los suyos???
Besitos

Michael O'Leary dijo...

Tiene gracia que los mismos que hablan bien de La Princesa Prometida, que tiene algo tan demencial como una capa del Holocausto, sean tan obtusos con Joe Contra el Volcán. ¡Qué poca visión!

Michael O'Leary dijo...

Y estoy dudando si ha sido buena idea invitar a la de ultramar...en este blog no estamos acostumbrados a comentarios antipáticos...

remington steel dijo...

Hay algunas otra pelis que también son cuentos, y a mí me gustan mucho. Están llenas de alegría y optimismo, me atrevería a decir de alegría y optimismo cristianos (¿acaso hay otros?)y me sorprende que en tu post no hayas recordado la deliciosa (y también con Tom Hanks)"La milla verde" (The green mille, Frank Darabont, 1999). Aparte de, por supuesto, "Qué bello es vivir", "Caballero sin espada" y "El invisible Harvey" (¿Cómo es posible que ésta no sea de Capra?)¿En qué estabas pensando? Pero hay más títulos, no tan fantasiosos pero con ese sabor de cuento con final feliz. En particular recuerdo ahora "Mumford" (Lawrence Kasdan, 1999) y "State and Maine" (David Mamet,2000)

remington steel dijo...

Ah, y también de Darabont, cómo le gustan las películas de cárceles, "Cadena Perpetua" (The Shawshank Redemption, 1994).

Michael O'Leary dijo...

Vale, vale. He cedido a una pequeña debilidad sin estudiar demasiado el tema. Me declaro absolutamente de acuerdo con ¡Qué bello es vivir!, La Milla Verde y El Invisible Harvey.