lunes, 7 de mayo de 2007

TRENES DE CINE

Os dije en un post anterior que quería colgar algo sobre trenes. Siempre me han gustado mucho los trenes; influencia de mi padre y de mi abuelo, recuerdo de infancia,… no sé. Pero además es que me resultan muy cinematográficos, no por nada, sino porque los hemos visto tantas veces, en tantas películas,…Los trenes están estrechamente unidos a la historia del cine desde sus comienzos, y no hay antología que se precie que no tenga entre sus títulos El Maquinista de la General.

Algunos directores creo que les tienen particular cariño, y el ejemplo más significativo es David Lean; el ferrocarril es para él más importante que sir Alec Giness, que ya es decir. Y ya desde el principio de su trayectoria: Breve Encuentro gira enteramente en torno a un tren y una estación. Por cierto que en el remake protagonizado por Robert de Niro y Meryl Streep, con menos encanto, también juega el tren un importante papel. Algunas de las escenas más hermosas de Lawrence de Arabia tienen que ver con un tren, y todo el mundo recuerda a Lawrence, de blanco inmaculado, de pie sobre un vagón mientras los hombres de Auda saquean lo que pueden, y un oficial inglés discute con el lider de los guerreros nómadas sobre la ética de la guerra: “Usted también se irá a su casa cuando consiga lo que quiere. No, yo no. Entonces es que es estúpido.” También en Doctor Zhivago el tren atravesando la estepa nevada ha dejado fotogramas inolvidables. ¿Y qué decir de El Puente sobre el Río Kwai? Todo el film gira en torno a dos preguntas, que dividen el argumento en dos partes, ambas igual de emocionantes: ¿Conseguirá el implacable coronel Saito doblegar la férrea voluntad del coronel Nicholson? ¿Conseguirá el tren japonés cruzar el puente? Por supuesto, en Pasaje a la India también vemos trenes, y no logro recordar si Katharine Hepburn, la solterona americana que llega a Venecia para enamorarse perdidamente de Rossano Brazzi en Locuras de Verano, llega en tren o no, pero es muy posible. De todas las películas de Lean que he visto, creo que en la única que no sale ningún tren es en la maravillosa y perfecta “La Hija de Ryan”.

A Alfred Hitchcock también le gustaban los trenes: vienen ahora a mi mente el de La Sombra de una Duda, en el que el malvadísimo (pero qué guapo) Joseph Cotten intenta asesinar a su sobrina; el de Con la Muerte en los Talones, donde Cary Grant y Eve Marie Saints inician (y también culminan) un apasionado romance; y, por supuesto, el de Extraños en un Tren; pero posiblemente no sean los únicos.¿Alguien se acuerda de más?

Hay otras muchas películas que permanecen en nuestra memoria unidas a la imagen de un tren. Por supuesto Con Faldas y a lo Loco, con escenas tan divertidas como la de Sugar perdiendo la petaca ligas abajo, y, sobre todo, la improvisada fiesta nocturna en la litera de Jerry/Daphne; la preciosa Dumbo, donde la locomotora parece tener vida propia; El Hombre Tranquilo, que Los Amigos de la Arena ya hemos visto y comentado en este blog (sí, sí, recordad a ese furioso Sean Thornton dando portazo tras portazo en busca de una cada vez más apocada Mary Kate); y también algunos vehículos de entretenimiento, no tan estupendos, pero bastante logrados en mi humilde opinión, como Testigo Accidental, con Gene Hackman y Anne Archer, o El Puente de Cassandra, con Sophia Loren y Richard Harris. La lista es interminable y esto no pretende ser exhaustivo, sólo traer a la memoria algunos de los fotogramas de trenes que más nos han hecho disfrutar. Y seguro que me estoy dejando muchas en el tintero. Por hacer una concesión al cine europeo, y dejando bien claro que a mí me pareció un tostón, nombraré aquí Ese Oscuro Objeto de Deseo.

Conforme escribía este párrafo pensaba que no son sólo los trenes, también las estaciones resultan muy cinematográficas. La aparición de Marilyn Monroe moviendo las caderas en el andén de la estación de Chicago es tan sexy que parece que hasta el tren resopla y silba cuando la ve. Para mí es inolvidable Liza Minelli/Sally Bowles agitando sus uñas esmaltadas de verde (“sofisticadas, ¿verdad?”) mientras se despide de Michael York sin volver la cabeza también en el andén de una estación, esta vez la de Berlín. Y Kevin Costner salvando al bebé mientras tirotea a los malos de Al Capone, en una escena que sería absolutamente genial si no fuera porque ya había sido rodada (no pretendo ser condescendiente aclarando que por Eisenstein en El Acorazado Potemkin, es que yo lo sé hace bastante poco). Las inenarrables explicaciones a John Wayne en la estación de Castletown sobre cómo llegar a Innesfree también son difíciles de olvidar, menos mal que aparece Michaleen Flynn para resolver la situación. Tengo la sensación de haber visto en varias películas la Grand Central Station de Nueva York, aunque ahora mismo no podría decir en cuáles. Se admiten sugerencias.

En fin, si este post os hace pensar en otros trenes, estaría bien que hicierais comentarios al respecto, porque seguro que faltan un montón. Espero haberos traído gratos recuerdos. Ya me contaréis.

8 comentarios:

remington steel dijo...

Lo siento por el descuadre. Confío en Oscar para que arregle el desaguisado.

Michael O'Leary dijo...

Estupendo post.

Yo recuerdo, porque me encantó, el tren en que la aún no baronesa Blixen se dirige a Mombasa y conoce a Fitz Hutton, Dennis, en un lugar donde habría sido una grosería no detener el tren.

El protegido comienza en un tren en el que muere mucha gente: todos menos uno.

La maravillosa Meg Ryan sufre una crisis gástrica por intolerancia a la lactosa en el interior de un tren, y creo que Drácula atraviesa Europa en tren en busca de su amada dentro, eso si, de una caja.

Y no hago más memoria porque me voy al sobre.

remington steel dijo...

Es verdad, es verdad, cómo no me acordé de toda aquella manada sobre la vía, y la baronesa diciendo ¡shu!
Y desde luego, fundamental también French Kiss. Buenos hallazgos. Supongo que Drácula atraviesa Europa en tren, pero sólo recuerdo el barco en el que llega a Inglaterra.

remington steel dijo...

yo habria dado unoscar a un rinoceronte de atari

remington steel dijo...

Acabo de recordar otra escena inolvidable que transcurre en un tren; de hecho, había pensado que el ferrocarril también está bastante ligado al western, que tanto le gusta a Oscar. Lástima que esté tan liado últimamente, si no seguro que haría comentarios interesantes... Bueno, mi escena es la siguiente: el senador Ransom Stoddard muestra su agradecimiento al trabajador del ferrocarril por todas sus atenciones, y él le contesta "oh, lo hacemos muy a gusto. Lo hacemos todo muy a gusto por el hombre que mató a Liberty Valance". Por cierto, que esa peli también podría haberse tratado en el post sobre las muertes sin odio...¿o no?

Oscar dijo...

Regreso de estar missing por las obligaciones. Me parece increíble que no hayáis puesto aquí Asesinato en el Orient Express. Absolutamente imperdonable (ja, ja, es broma).
Tampoco la magistral Desafío Total y su tren marciano (ja, ja, vuelve a ser broma).
La obra maestra Tira a mamá del tren, con Danny de Vito (ja, ja, ja vaya tarde tengo).
Bueno, hablando en serio, Las Vacaciones de Monsieur Hulot comienza con una divertida escena en la estación de tren. Indiana Jones y la Última cruzada nos regala una aventura inicial en el tren de un circo, que es inolvidable.
El "Más madera que esto es la guerra" de Groucho, resonará forever en nuestros oídos. Y qué decir de la desternillante El Maquinista de la General de Buster Keaton.
La emocionante El Tren del Infierno, de John Voigt, una película que me gustó mucho de jovencito.

remington steel dijo...

Pues estuve a punto de poner Asesinato en el Orient Express, pero lo cierto es que no tengo ningún recuerdo de l a peli, solo de la novela. Desafío Total y Tira a mamá del tren no las he visto gracias a Dios. El Tren del Infierno tampoco, y en cuanto al Maquinista de la General, fue la primera que nombré. Imperdonable no haber recordado a Groucho, eso sí.

remington steel dijo...

Y no habéis dicho nada de la foto, tan propia de los amigos de la arena, desde luego,...