sábado, 26 de mayo de 2007

LAS HIJAS DE LAS MADRES QUE AMÉ TANTO (me besan hoy como se besa a un santo)



Bueno. No tenía muy claro si titular así el post o "Maribel Larumbe Lara, que nació en Valladoliz". En cualquier caso, ahí va.
Siempre he pensado que lo más importante de una película es la historia que cuenta. Es posible (admito la crítica que se me haga) que esto sea porque no se apreciar el resto de cosas: dirección, fotografía, vestuario, efectos de sonido...ni flauers. Yo se si me ha gustado la historia, y cómo me la han contado los personajes: si me he creido las interpretaciones y si les voy a echar de menos cuando acabe la película.
Por eso me apetecía hacer un post homenajeando a las mujeres de las que todos nos habríamos enamorado (bueno, casi todos al menos), y que como son personajes de ficción, murieron hace mucho tiempo, o simplemente viven lejos, nos tienen condenados a la soltería impenitente.
En la foto de cabecera aparece no se si una o dos de las mujeres de bandera del cine. En cualquier caso está claro que la muy buena señora Hamilton no es una de ellas. Pero la que seguro que lo es es Cathy Escarlata O'Hara. El papel de Vivien Leigh en Gone With the Wind es colosal, estareis de acuerdo. Es tan guapa, tan mala, tan altiva, tan dura y con una mirada de tigre tan penetrante que cuando con 15 años (manda lo que manda) me mandaron a dormir a mitad de película porque no era para niños, ya me había enamorado irremisiblemente de ella. Busqué una foto de la escena en que mata al desertor yankee. ¡Con qué cara lo mira!, pero no la encontré. Pero la película entera está lena de momentos en que llena la pantalla. Cuando mueve el trasero en la fiesta en Atlanta en la que no puede bailar porque esté de luto, cuando ayuda a Melita en el parto, cuando pone a Dios por testigo de que no volverá a pasar hambre, cuando arroja la tierra roja de Tara a la cara del capataz vendido, cuando busca a Reth Buttler entre la niebla...¿no es maravillosa? Pues es un personaje de novela. Hay que fastidiarse.
Nary Mc Gregor. La amantísima esposa de Rober Roy Mc Gregor de la novela de Walter Scott encarnada en la pantalla por Jessica Lange. Es, sencillamente la mujer perfecta. Montañesa, dura, guapa, digna, católica. Conoce a su marido y lo complementa. Valora su dignidad y su honor y arrostra lo que haga falta por el bien de su familia. No soporta la villanía y comprende que su marido arriesgue su vida en una apuesta casi perdida por la defensa del nombre de los Mc Gregor, y la virtud de su mujer. Chesterton la podría haber mencionado al hablar de mujeres para las que "un cierto tipo de amor romántico no constituía su entera existencia" y sin duda habría sido la novia más peligrosa para el paciente del novato orugario en las Cartas del Diablo a su Sobrino de Lewis. ¿No es maravillosa? Pues de novela también.
Karen Blixen. Esta no es un personaje de novela, aunque las escribió. No tiene nada que ver con las anteriores. Es descreída, no valora el matrimonio (aunque llegará a hacerlo con el paso de los años), y antes de casarse por huir de la soledad es casi acomplejada; casquivana y superficial. ¡Pero cómo cambia! La cambian África, y Farah, y los Kikuyu. La cambian su porcelana de limoges, sus niños y su escuela. La sífilis y el egoismo de "sus hombres". También es maravillosa: fuerte y ejemplar, capaz de humillarse por dar lo mejor a los suyos. Nunca volvió a África.
Esto sería muy largo. Voy a nombrar sólo a otras fantásticas: Margo Channing y la malísima Eva son de quitarse el sombrero. Para enamorarse es Alicia Huberman en Encadenados o Constance Petterson, en Recuerda. Merece una mención, sin duda, Mi amor, mi sangre: Maggie Fitzgerald, absolutamente adorable y cuyo final es espantoso.

Y, top of the tops, la lujer 10. La que inspira epopeyas sin parangón con héroes, luchas a espada, gigantes, villanos, milagros, amor verdadero...

2 comentarios:

remington steel dijo...

¿Sí? ¿La princesa taza de mantequilla es el top of the hick? ¿Por qué? No sé, Tracy Samantha Lord, por ejemplo, ¿no debería estar ahí? Bueno, no sé de quiénes os enamoráis, pero una mujer que aparece de pronto ante nosotros con el sol en sus cabellos, o arrodillada en la iglesia con el rostro de santa,...Elisa Doolittle, o la princesa Ana, o Natasha Rostov, o Holly Golightly,...Marie 'Slim' Browning, o Vivian Sternwood Rutledge (la hermana maravillosa),... Se me ocurren muchas heroinas que citar antes que a Buttercup.

remington steel dijo...

Pero creo que has sido un tanto injusto con la muy buena señora Wilkes (o señorita Hamilton, pero no señora Hamilton. Sólo Escarlata fue señora Hamilton). La subestimas. Es más fuerte, más generosa y más sensata de lo que ella misma quiere demostrar. Rett lo sabía, y también Bell. En realidad, hasta el estúpido de Ashley Wilkes lo sabía.