Bueno, pues a petición de Oscar os contaré un poco más (no demasiado) de la peli de mi anterior post. Para empezar, contestaré a vuestros irónicos comentarios sobre la sierra californiana de Asaltacunas. Y a esto, precisamente, viene el título del post. Porque debo reconocer que me sorprende que os escandalicéis de la evidente distancia que separa a los protagonistas de mi cartel, a la vista de los parteneires que le endilgaban a la inefable Audrey (1929), en algunas de sus películas más celebradas:
-Rex Harrison, nacido en 1908 (My fair lady). Le llevaba veintiún años.
-Cary Grant, de 1904 (Charada). Veinticinco años, si las cuentas no fallan.
-Humphrey Bogart, 1899 (Sabrina). Y ya son TREINTA.
-Fred Astaire, también de 1899 (Una cara con angel).
Ante esto, ¿quién puede sorprenderse de que la emparejaran con Gary Cooper? Por lo menos él es del siglo pasado, y no del XIX. Está bien, está bien, por poquito, nació en 1901, pero ya es el siglo XX. Y después de todo, él era el galán por antonomasia, aunque estuviera ya en sus años otoñales. Y los que hemos visto al casi anciano Sean Connery (1930) haciendo algo más que amistad con Catherine Zeta-Jones (1969) o a Harrison Ford (1942) con Anne Heche (también 1969), no deberíamos extrañarnos por este tipo de cosas.
En fin, Gregory Peck, de 1916, y el que fue su marido, Mel Ferrer, de 1917, nos parecen ante esto los compañeros adecuados, aunque en realidad le llevaban doce y trece años. Sólo George Peppard era de su edad (bueno, de 1928, pero aceptaremos pulpo como animal de compañía).
Y tras esta impagable labor de archivera, hablemos ya de la peli. No quiero contaros mucho, porque me parece que no la conocéis, y sería una pena destripárosla.
Sólo deciros que se filmó usando velos en las cámaras para disimular las arrugas de Cooper, con poco éxito por cierto, se le ve viejísimo, aunque todavía guapo.
Que es muy Wilderiana por muchas cosas, entre las que yo destacaría sobre todo tres:
-El permanente juego del engaño de la protagonista.
-Ese cuarteto húngaro, que nos hace pensar casi en Lubitsch.
-Y lo divertidas que son algunas escenas, en especial la borrachera de Mr Flanagan.
Que tiene una banda sonora que me encantó, con el vals "Fascinación", que todos reconoceréis si lo oís.
Que acaba en un tren, después de una escena de estación, lo cual, como supondréis, también me gustó. Otra película de Wilder con trenes.
Y que, la verdad, es una peli de chicas, pero con mucho encanto, con todo el saber hacer de ese trío de ensueño que es Wilder-Cooper-Hepburn.
-Rex Harrison, nacido en 1908 (My fair lady). Le llevaba veintiún años.
-Cary Grant, de 1904 (Charada). Veinticinco años, si las cuentas no fallan.
-Humphrey Bogart, 1899 (Sabrina). Y ya son TREINTA.
-Fred Astaire, también de 1899 (Una cara con angel).
Ante esto, ¿quién puede sorprenderse de que la emparejaran con Gary Cooper? Por lo menos él es del siglo pasado, y no del XIX. Está bien, está bien, por poquito, nació en 1901, pero ya es el siglo XX. Y después de todo, él era el galán por antonomasia, aunque estuviera ya en sus años otoñales. Y los que hemos visto al casi anciano Sean Connery (1930) haciendo algo más que amistad con Catherine Zeta-Jones (1969) o a Harrison Ford (1942) con Anne Heche (también 1969), no deberíamos extrañarnos por este tipo de cosas.
En fin, Gregory Peck, de 1916, y el que fue su marido, Mel Ferrer, de 1917, nos parecen ante esto los compañeros adecuados, aunque en realidad le llevaban doce y trece años. Sólo George Peppard era de su edad (bueno, de 1928, pero aceptaremos pulpo como animal de compañía).
Y tras esta impagable labor de archivera, hablemos ya de la peli. No quiero contaros mucho, porque me parece que no la conocéis, y sería una pena destripárosla.
Sólo deciros que se filmó usando velos en las cámaras para disimular las arrugas de Cooper, con poco éxito por cierto, se le ve viejísimo, aunque todavía guapo.
Que es muy Wilderiana por muchas cosas, entre las que yo destacaría sobre todo tres:
-El permanente juego del engaño de la protagonista.
-Ese cuarteto húngaro, que nos hace pensar casi en Lubitsch.
-Y lo divertidas que son algunas escenas, en especial la borrachera de Mr Flanagan.
Que tiene una banda sonora que me encantó, con el vals "Fascinación", que todos reconoceréis si lo oís.
Que acaba en un tren, después de una escena de estación, lo cual, como supondréis, también me gustó. Otra película de Wilder con trenes.
Y que, la verdad, es una peli de chicas, pero con mucho encanto, con todo el saber hacer de ese trío de ensueño que es Wilder-Cooper-Hepburn.
6 comentarios:
Vale, sobresaliente en biblioteconomía, pero reconocerás que en la foto él parece que tiene 70 y ella, como mucho, 18.
Me estrujaré la mollera para escribir algo esta semana. Aunque lo último que he visto es un poco para suicidarse: Spiderman 3, Muere otro día, El mañana nunca muera y, esta sí se salva un poco, Todos los hombres del rey.
¿Estás haciendo un master en Bond?
Todos los hombres del rey a mí me gustó, aunque es una peli tremendamente negra, un poco en la línea de Camino a Perdición.
me pareceis todos tontos
eres una borde!
Remington Steel no ha dicho esta boca es mía. Mucho hacker es lo que hay.
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